Oporto y Atlético lo consagraron. Mónaco y United lo enterraron. Una de cal y otra de arena. Pero Radamel es de los mejores del mundo. Junto a Hulk, Varela, Moutinho u Otamendi formaron un equipo que ganó una Europa League sin despeinarse. Lo siguieron el Kun, Forlán, James, Van Persie o Rooney. El problema era anímico. Estrella de Colombia - el punto de inflexión fue no llegar al Mundial por su lesión en la rodilla - dejó el legado de capitán y héroe a James. El madridista cogió la responsabilidad de marcar y asistir.
Ahora, una nueva etapa en "los Blues". Mourinho y Diego Costa para devolverle esa frescura que hace al colombiano único en su puesto. José hizo del Chelsea una arma que funcionaba siempre mecánicamente: 4-2-3-1 con galones para Fábregas y Diego Costa. Hazard ponía la magia, Terry el sacrificio e Ivanovic la sorpresa. Pero algo siempre le fallaba: el volante. Ni Oscar - eterna promesa -, ni Cuadrado, ni adelantar a Cesc. Se le resistía. No había regularidad ni había consistencia. Cuando se partía el equipo, siempre era ahí.
Por eso Falcao es la solución. Fuera volante, y dentro segundo punta. Pasamos al 4-4-2 para hacer un equipo fuerte, equilibrado, y mágico. Hazard-Matic-Fábregas-William + Costa-Falcao. Suena a segunda Champions. Fábregas se adelanta, y abarca el medio campo. Matic - junto a Busquets, el mejor en su puesto - es el hombre de las coberturas. William desborda y Hazard es Hazard. Costa cae a su banda preferida, la izquierda, y Falcao tiene total libertad para bajar a zona de tres cuartos para recibir y encarar.
Faltaba la pieza definitiva y esa pieza se ha encontrado. El Chelsea hará mejor a Falcao y Falcao hará mejor al Chelsea.
Ahora, una nueva etapa en "los Blues". Mourinho y Diego Costa para devolverle esa frescura que hace al colombiano único en su puesto. José hizo del Chelsea una arma que funcionaba siempre mecánicamente: 4-2-3-1 con galones para Fábregas y Diego Costa. Hazard ponía la magia, Terry el sacrificio e Ivanovic la sorpresa. Pero algo siempre le fallaba: el volante. Ni Oscar - eterna promesa -, ni Cuadrado, ni adelantar a Cesc. Se le resistía. No había regularidad ni había consistencia. Cuando se partía el equipo, siempre era ahí.
Por eso Falcao es la solución. Fuera volante, y dentro segundo punta. Pasamos al 4-4-2 para hacer un equipo fuerte, equilibrado, y mágico. Hazard-Matic-Fábregas-William + Costa-Falcao. Suena a segunda Champions. Fábregas se adelanta, y abarca el medio campo. Matic - junto a Busquets, el mejor en su puesto - es el hombre de las coberturas. William desborda y Hazard es Hazard. Costa cae a su banda preferida, la izquierda, y Falcao tiene total libertad para bajar a zona de tres cuartos para recibir y encarar.
Faltaba la pieza definitiva y esa pieza se ha encontrado. El Chelsea hará mejor a Falcao y Falcao hará mejor al Chelsea.