La excelencia exige condiciones

No es suerte. Es trabajo. La excelencia no tiene un camino fáciles, sino que tiene muchos. Pero no todos son adecuados.
Ancelotti encontró la tecla. Pulsó el botón deseado. Es la tecla que hace que todo funcione como un engranaje. El Madrid vuelve a ser aquel equipo que quería el balón, aquel equipo que sabía defender. Pero toda máquina tiene su engranaje principal. El engranaje que hace que todos los demás funcionen. La jugada capaz de abrir defensas.
En este caso son dos; Isco y James. Ambos, son jugadores que hablan el mismo idioma, saben jugar la pelota. No les quema en los pies. Cuando ellos se juntan, el Madrid carbura.
Asociación, desdoble del lateral y centro al delantero. El colombiano y el malagueño se asocian en banda, apoyo en Marcelo hacia fuera o de Benzema hacia dentro y remate de Cristiano. Funciona. Pero se necesitan 4 centrocampistas. Se volvería al famoso 4-4-2. Eso "no le gusta" al italiano. Prefiere calidad en medio y dinamita arriba. Tentador, pero solo cuando se tiene el balón.
Si elegimos el 4-3-3, Kroos estaría desbordado. Sin la preocupación de los tres de arriba en defender y la combinación de los interiores en una misma banda no habría nadie en ayuda al alemán. Ni se defendería, ni se podría atacar.
Todo el mundo sabe que el Madrid sabe jugar al fútbol. Pero también saben que sólo lo hace cuando quiere.