Fábregas, Wiltord, Henry, Pirès, Van Persie... Fútbol en estado máximo. Arsenal y Chelsea para gobernar la ciudad de Londres. Arsène Wenger lo sabe y va a sacar un gran rendimiento de ello. Özil, Ramsey, Wilshere, Cazorla, Alexis... Demasiada calidad por metro cuadrado. Aquellos jugadores que buscan el balón y lo reciben con la única condición de saber que hacer antes y después de cada movimiento. Elevar ese fútbol a la altura de aquel que en su día realizó Pep Guardiola y su Barcelona.
Juntar a Mesut, Aaron, Santi, Jack y Alexis es el objetivo. Cinco pilares para sostener el proyecto. Depender de ellos para volver a cubrirse de gloria.
Coquelin - un prototipo de Arteta mejorado - es el único jugador de perfil robador. Anclado entre los centrales y ayudado de Cazorla o Ramsey. Roba, pelea y ordena. Él influye en todo lo de alrededor. Él - catalogado como solución al romperse el equipo - es el problema para juntar a los cinco fantásticos. Ahí comienzan las dudas.
Giroud es la pieza sustituible. Nunca entró del todo, pero aparece cuando se le necesita. Pero le falta puntería para ser un caníbal del gol. Sale del área y juega. La fortaleza física combinada con la calidad para jugar como el "falso 9" que parece ser a veces. Olivier sale y Alexis es la referencia arriba. Wenger debe mover sus piezas y apostar todo por dentro. Sostener al equipo con Coquelin es la prima por la victoria. A partir de ahí, movimientos solo puestos en mejorar con balón. Ramsey y Cazorla en paralelo para mover toda la maquinaria. Juegan, dan, reciben y sostienen la magia y la imaginación. Wilshere y Özil permiten hacer soñar. Dueños de la banda y este último dueño de sí mismo. El jugador referencia de los "Gunners". El toque y la sensibilidad deben de ser libres. Caer al centro y jugar con la referencia arriba de Alexis. Dejar libre a Özil permite ir siempre un paso por delante. Alexis - nunca puro - se ocupa de la zona del gol. Área y bandas incluidas. Habitar estas para fortalecer la llegada de segunda línea. Ramsey y Cazorla para rematar y Wilshere para sorprender. La movilidad y la sorpresa son las premisas del nuevo Arsenal. Apostar todo al juego interior. O recurrir al plan B para que Chamberlain y Walcott se ocupen de ser las flechas.
El "Emirates" - construido escasamente hace nueve años - lleva mucho tiempo deseando ver que el buen fútbol siempre gana. Ese tiempo ha llegado a su fin.
Juntar a Mesut, Aaron, Santi, Jack y Alexis es el objetivo. Cinco pilares para sostener el proyecto. Depender de ellos para volver a cubrirse de gloria.
Coquelin - un prototipo de Arteta mejorado - es el único jugador de perfil robador. Anclado entre los centrales y ayudado de Cazorla o Ramsey. Roba, pelea y ordena. Él influye en todo lo de alrededor. Él - catalogado como solución al romperse el equipo - es el problema para juntar a los cinco fantásticos. Ahí comienzan las dudas.
Giroud es la pieza sustituible. Nunca entró del todo, pero aparece cuando se le necesita. Pero le falta puntería para ser un caníbal del gol. Sale del área y juega. La fortaleza física combinada con la calidad para jugar como el "falso 9" que parece ser a veces. Olivier sale y Alexis es la referencia arriba. Wenger debe mover sus piezas y apostar todo por dentro. Sostener al equipo con Coquelin es la prima por la victoria. A partir de ahí, movimientos solo puestos en mejorar con balón. Ramsey y Cazorla en paralelo para mover toda la maquinaria. Juegan, dan, reciben y sostienen la magia y la imaginación. Wilshere y Özil permiten hacer soñar. Dueños de la banda y este último dueño de sí mismo. El jugador referencia de los "Gunners". El toque y la sensibilidad deben de ser libres. Caer al centro y jugar con la referencia arriba de Alexis. Dejar libre a Özil permite ir siempre un paso por delante. Alexis - nunca puro - se ocupa de la zona del gol. Área y bandas incluidas. Habitar estas para fortalecer la llegada de segunda línea. Ramsey y Cazorla para rematar y Wilshere para sorprender. La movilidad y la sorpresa son las premisas del nuevo Arsenal. Apostar todo al juego interior. O recurrir al plan B para que Chamberlain y Walcott se ocupen de ser las flechas.
El "Emirates" - construido escasamente hace nueve años - lleva mucho tiempo deseando ver que el buen fútbol siempre gana. Ese tiempo ha llegado a su fin.