Una obsesión. Una ofuscación. Un objetivo. Una obligación. Llámenlo como quieran, pero los servicios de Toni Kroos al Madrid con Ancelotti en el banquillo están claros: convertirle en el nuevo Xabi Alonso.
Pero ese intento de Ancelotti no es para nada nuevo. Aquel Milan de Carlo, donde había jugadores como Dida, Nesta, Cafú, Maldini, Seedorf, Kaká o Inzaghi era una auténtica escuela de fútbol. Toque, toque y gol. Lo curioso era la posición de Pirlo y Gattuso. En el esquema de 4-4-2 en rombo, apostando por el juego por dentro, "la Bestia" y Seedorf eran los que actuaban de interiores. Andrea se encargaba de incrustarse entre los centrales y empezar jugada. Curioso. Gattuso, era un portento físico y táctico, Pirlo, elegancia y técnica. ¿Eran posiciones antinaturales?
Pero ese intento de Ancelotti no es para nada nuevo. Aquel Milan de Carlo, donde había jugadores como Dida, Nesta, Cafú, Maldini, Seedorf, Kaká o Inzaghi era una auténtica escuela de fútbol. Toque, toque y gol. Lo curioso era la posición de Pirlo y Gattuso. En el esquema de 4-4-2 en rombo, apostando por el juego por dentro, "la Bestia" y Seedorf eran los que actuaban de interiores. Andrea se encargaba de incrustarse entre los centrales y empezar jugada. Curioso. Gattuso, era un portento físico y táctico, Pirlo, elegancia y técnica. ¿Eran posiciones antinaturales?
Pero no le salió mal. De hecho ganó dos Copas de Europa.